Este era Juan, un chico al que no le iban nada bien en los estudios. En clase de improviso dijo Juan a su tutora:
-Señorita, ¿usted me castigaría por algo que no he hecho?
La maestra extrañada le respondió a su alumno Juan:
-Por supuesto que no, Juan.
Juan, alegre, le dijo:
-Pues estupendo porque no he hecho los deberes, «seño».
Álvaro Alcázar