Un granjero viaja a ParĂs y se lleva su pato para mostrarle la ciudad:
–Mira, la Torre Eiffel.
–Cuac.
–¿Cómo que cuál?
–¡Esa! Y allà el Arco de Triunfo.
–Cuac.
–¿Otra vez “cuál”? Mañana sacaré al cerdo a ver si él se entera mejor.
Cuando vio al cerdo esa tarde, le dijo:
–Mañana vienes tú.
–Oink.
–¡No, hoy no! ¡Mañana!
Alba Delgado