Una niña corre hacia su padre y le dice:
―Papá, ¿me das un euro para un pobre de la calle?
El padre, contento ante el gesto caritativo de su hija, le responde:
―Ten el dinero. Pero, ¿qué le pasa a este hombre?
―Bueno, el hombre grita “¡Helados, helados a un euro!â€
Evaristo Gómez Patino