El padre de Greg se dispone a poner en marcha el cortacésped, cuando su vecino,
hablándole desde su patio, le comunica:
—Estimado vecino, ya hace un tiempo que me debe 100 dólares. Pero en nombre
de nuestra amistad, me olvidaré de la mitad de esta cifra.
—¡Estupendo! —dijo el padre de Greg. —Yo también haré un esfuerzo y me
olvidaré de la otra mitad.
Paula Lamadrid