Un señor se compra un loro y a la mañana siguiente, el hombre, harto de él porque no para de hablar, exclama:
—¡Como no te calles, te meto en el microondas!
Pero el loro no se calla. Colérico, el hombre lo mete en el microondas. Desde dentro, el loro va cantando:
—Hace calor, hace calor…
—¡Cállate o te meto en el congelador!
Pero no se calla, asĂ que lo mete en el congelador. Y ahora oye:
—Navidad, navidad, dulce navidad…
—¡Cállate o te meto en un cubo de gasolina!
—Me gusta la gasolina, me gusta la gasolina…
—¡Arhg! ¡Si no te callas te pego un tiro!
Y asĂ lo hace. Pero, incluso asĂ, el loro canta:
—Devuélveme la vida que me la has quitao, que me la has quitao…
Elena