Un marinero y un pirata se encuentran en una taberna y empiezan a contarse sus vivencias por los mares. El marinero se da cuenta que el pirata tiene una pierna de palo, un gancho en la mano y un parche en el ojo, y, curioso, le pregunta por ello:
—¿Y cómo terminaste con esta pierna de palo?
—Estábamos en medio de una tormenta y una ola gigante me tiró al mar. Caà en medio de un montón de tiburones, y mientras mis amigos me subÃan de vuelta al barco un tiburón me arrancó la pierna de un mordisco.
—¡Uau! ¿Y qué le pasó en la mano?
—En la mano… Estábamos abordando un barco enemigo y mientras luchábamos con nuestras espadas un marinero enemigo me cortó la mano.
—¡IncreÃble! ¿Y en el ojo, qué te pasó?
—Un excremento de paloma me cayó en el ojo..
—¿Perdiste el ojo por un excremento de paloma? —insiste, incrédulo, el marinero.
—Bueno… es que era mi primer dÃa con el gancho.
Maria del Mar Saeta Marcos