HabÃa una vez un hombre tan, tan tacaño, que miraba la misa por televisión y cuando pasaban para pedir donaciones a la voluntad, él cambiaba de canal.
Manuel Giménez González
HabÃa una vez un hombre tan, tan tacaño, que miraba la misa por televisión y cuando pasaban para pedir donaciones a la voluntad, él cambiaba de canal.
Manuel Giménez González