Era domingo y Greg estaba muy aburrido asistiendo a la misa,. Por suerte Rowley estaba con Ă©l, pues sus padres habĂan ido de viaje y habĂan preferido que se quedara en casa de un amigo.
—Rowley, ¿tú sabes por qué hay que estar tan callado en misa?
—Pssst. Porque si no despiertas a los que están dormidos —responde Rowley, señalando a una mujer que, en efecto, está dormida.
Iñigo Pérez Gil