A Jaimito le van a preguntar algunas multiplicaciones en clase, por lo que se ha escrito todas las respuestas en la etiqueta de la camisa, para no cometer ningún fallo. Una vez en el colegio, la profesora empieza a preguntarle:
—A ver Jaimito, ¿dos por dos?
—Cuatro.
—¿Y ocho por ocho?
—Sesenta y cuatro.
—¿Y cien por cien?
—Mmmm… ah, sÃ: algodón.
Enrique Riocerezo Villarrubia